lunes, enero 14

No, tibio no


Che, vos: vos, sí, que escuchás por ahí el rumor de que algo más allá te convoca a convidar el tesoro que encontraste escondido en las profundidades de una cueva perdida en el medio del Mediterráneo; o también ustedes, que desde que crecieron pidieron a casi todo el mundo permiso. Vos, por qué no te vas en tu tranquilidad a pregonar como un testigo de esos que joden sin más tocando timbre y despertando al can. Vos, por qué no tomás la vía del cencerro de oro doblado ya por el sol y enfriado por su humor desinteresado. Por qué, ¿por qué no te vas? Yo sé por qué. Porque a cada momento un susurro entre las vecinas del barrio te convoca; porque también en cada rincón en donde se necesita de tu atención te dejan entrar y hasta se levantan el sombrero a tu paso. Porque les conviene. Porque, entre nosotros, no sé si te toleran tanto como te hacen creer. A vos te digo, que te esperé todo el año para que vengas en contadas gotas de verano, a vos te digo, calor, no te dejes arrasar por los comentarios de inviernalistas encubiertos en palita, balde y bronceador, y que en invierno envuelto en ínfulas polares dicen sin siquiera sonreir, ¡qué frío! Y te llaman perjurándote su amor incondicional; son ellos los que vivirían a medias tintas entre dieciocho y veintiún grados todo el año. “No soy un tibio en esta historia”, dijo el poeta,
no habría por qué serlo. 
Calor, más calor.

1 comentario:

  1. che vos! si si vos, que te gusta tanto el calor como el moscato, que no serás pintor pero sos buen garabato, a vos, que naciste un enero de ojotas y antiparras, tenga un gratísimo cumpleaños! Y que haiga tanto calor como lo ha soñado, abrazo!

    ResponderEliminar

No te guardes tus ocurrencias!